26 Mar Las bodas civiles en La Romanée

Existe la creencia infundada de que las bodas civiles son mucho menos lucidas que las religiosas. Desde luego está en vuestras manos que eso no sea así. La celebración de una boda civil puede ser tan especial como queráis que sea. Las bodas civiles, deben tener lugar en lugares oficiales: ayuntamientos, juzgados o registros civiles. Para la celebración, podéis elegir el lugar que más se acomode a vuestras expectativas.

Las bodas civiles, cada día son más numerosas. De hecho, las bodas en juzgados y ayuntamientos, se han normalizado en la sociedad. Cuando la boda tiene lugar en un juzgado, suele ser un procedimiento más frío, puesto que el juez se limita a cumplir la ley; sin embargo, si tenéis la suerte de que os case un concejal, un delegado de este o incluso el/la alcalde, seguro que habrá más cercanía e incluso algún monólogo especialmente preparado para la gran ocasión.

Para casarse de esta forma, es necesario realizar algunos trámites. Se debe abrir un proceso legal en el Registro Civil correspondiente a vuestra zona. En el mismo registro, os deben informar de la documentación que es necesario entregar el día que pidáis la cita para comenzar el trámite. La respuesta con la aprobación para el matrimonio, no suele tardar más de un mes. No olvidéis que al entregar todo el expediente para solicitar la aprobación de matrimonio, deberéis indicar dónde queréis casaros. La ley permite, que pese a que el trámite se debe realizar en el Registro Civil del municipio donde estéis censados, el matrimonio puede tener lugar en cualquier otra localidad si los novios lo desean.

Las bodas civiles son tan íntima o numerosa, romántica o clásica, espectacular o modesta, como deseéis. Una finca, por ejemplo, es un espacio idóneo para que ese día sea perfecto.